Novelas en capítulos y cuentos cortos

lunes, 26 de diciembre de 2016

UN NUEVO AMANECER, Cap.7

"Vienen hacia mí tu fragancia,
 tus silencios y tu sonrisa,
 más hermosa que el amanecer".  Marco Matos


Pasaba la medianoche y Bautista no podía conciliar el sueño. No podía quitarse de la cabeza la imagen de esa mujer que creía conocerlo. Él no la recordaba, por mucho que se esforzara, no lo conseguía. Sin embargo, esos ojos, luminosos como esmeraldas exquisitas...y esa fragancia que percibió al acercarse a ella, una fragancia que le resultó familiar...ella olía a jazmines y a ámbar. Sonrió al percatarse de su primer recuerdo después de tanto tiempo. Pero, ¿quién era ella?, ¿de dónde la conocía?, ¿significó algo en su vida?. Preguntas sin respuestas, interrogantes que caían en el vacío.
Perdido en sus pensamientos no escuchó llegar a Imanol.
A la mañana siguiente, lo esperó ansioso en la sala. El desayuno estaba servido cuando apareció.
_ Imanol, ¿cómo está ella? _ dijo sin preámbulos.
_ Bien, más tranquila y avergonzada. Te confundió con su marido que murió en Caseros _ mintió con descaro.
La desilusión se pintó en el rostro de Bautista, Imanol lo advirtió y trató de consolarlo.
_ Bautista, ¿qué pensaste?, ¿que esa mujer venía a iluminar tu pasado?...¿Acaso la recuerdas? _ se preocupó.
_ No, sólo que por un momento el aroma de esa mujer, el color de sus ojos, me sacudieron. Es la primera vez que esto me sucede, Imanol.
_ Quizás la presencia de Lourdes, así se llama, ¿te dice algo ese nombre? _ preguntó en ascuas.
_ Nada
Imanol respiró aliviado.
_ Como te decía, quizás la presencia de Lourdes removió vivencias escondidas en tu memoria, sin que tuvieran necesariamente algún vínculo con ella._ explicó con autoridad mientras untaba una rodaja de pan con mermelada de naranja simulando indiferencia.
_ Puede ser..._ la aparición de Amelia lo distrajo. "¡Que bella es!", pensó maravillado.
Se saludaron. Bautista le corrió la silla y ella, con una sonrisa coqueta, se sentó con elegancia muy cerca de él.
_ ¿Café?, ¿torta de manzana con canela? _ ofreció solícito Bautista.
_ Me acostumbras mal, Bautista. Aprende de él Imanol _ regañó salamera a su hermano._ Que sabes de esa loca. _ continuó cambiando el tono de voz, ahora frío y severo.
_ Precisamente de eso estábamos conversando antes de tu entrada teatral _ dijo de malhumor.
_ ¡Hermanito!, siempre tan simpático _ ironizó.
_ Me contó Imanol que esa señora me confundió con su marido muerto en la batalla de Caseros, la misma en que me hirieron provocando mi amnesia _ le explicó _ ¿Está a tu gusto el café? _ preguntó restándole importancia a la información anterior.
_ No les dije que está loca. ¿Así que ve fantasmas? ¡Dios mío! Me imagino que le has recomendado un tratamiento, Imanol. No puede ir por la vida incomodando gente _ se alteró.
_ Amelia, despreocúpate, ya no molestará a Bautista con sus desvaríos _ aseveró contundente Imanol.
_ Mejor así, mejor así. ¡Humm!, esta torta es una delicia, realmente Candelaria es una cocinera magnífica _ exclamó volviendo a ser la mujer risueña de costumbre._ Y tú, ¿de que te ríes? _ continuó extrañándose de la actitud de su hermano.
_ Simplemente estoy felíz de estar aquí en tan agradable compañía, y lejos, muy lejos de nuestro querido padre _ se refería a don Arturo Pacheco del Prado, duque de Nájera, hombre autoritario y recto en sus convicciones.
_ Deja tranquilo a nuestro padre que es un santo. Bien contento que recibes el dinerillo que nos envía todos los meses _ lo amonestó airada.
_ Dinerillo que envía, como tú dices, para tenerme sujeto en estos lares alejados de Dios sin perturbar su omnipotencia _ ante sus declaraciones, el ambiente se tornó tenso.
_ Imanol, me consta que tu padre te quiere _ intervino Joaquín que como de costumbre llegaba tarde al desayuno.
_ Me quiere ver muerto, primo _ dijo sorprendiendo a todos.
_ Perdoná mi curiosidad, pero, ¿cuál es el problema con tu padre? _ se interesó Bautista.
Amelia, suavemente, pateó a su hermano por debajo de la mesa.
_ Nada grave _ aclaró mirando a su hermana _ Sólo que hoy me levanté de un pésimo humor. Antes del Rio de la Plata, estuvimos una temporada en Inglaterra. Extraño mi tierra, Bautista. Hay días, como hoy, que quisiera abordar un barco y regresar a mi España adorada _ Imanol se mostró consternado.
_ ¿Y qué te lo impide? _ Bautista estaba intrigado con tanto misterio.
_ Negocios, amigo mío, negocios por resolver. Si bien amo la medicina, debo abandonarla por los negocios ganaderos. Y hasta que mi padre esté completamente conforme con las tratativas que estoy llevando a cabo con algunos estancieros importantes de la zona, tengo vedado mi regreso. Por suerte aquí estais vosotros, amigos entrañables, que hacéis mi estancia agradable.
_ ¡Desagradecido!, ¿te olvidas de mí? _ protestó ofendida Amelia.
_ Claro que no, hermanita. Tú nunca me abandonas, aunque sé que has hecho este viaje, más para huir de tu prometido que para compartir me destierro _ bromeó mejorando su ánimo.
_ No me recuerdes a ese pelmazo. Gracias a la Virgen de la Macarena y a nuestro padre, me salvé de ese cazafortunas. El muy necio supuso que padre le concedería mi mano sin investigarlo, ¡pobre tonto! Todo fue una parodia, una triste parodia que por poco provoca mi desgracia _ confesó apesadumbrada.
_ ¿Lo amabas? _ preguntó conmovido Bautista.
_ Sí. Cuando el engaño quedó demostrado, creí morir. Acompañar a Imanol en este viaje ha sanado mi herida; además, conocerte a tí, Bautista, me ha hecho bien. _ Amelia le regaló una sonrisa provocativa.
_ ¡Cuidado Bautista! parece que mi hermanita te tiene en alta estima, no vaya a ser...
_ ¡Calla sopenco! No seas ridículo, sólo veo en Bautista a un gran amigo, comprensivo...Él me escucha, no como tú que sólo piensas en tí _ le echó en cara un tanto alterada y sonrojada.
_ Bueno, bueno, basta de pelea primos _ terció Joaquín _ disfrutemos de este exquisito desayuno y de este maravilloso día.
_ ¡Se nota que estas enamorado! _ festejó Bautista.
_ Mucho, soy inmensamente felíz._ dijo soñador _ Y Amelia, ya conocerás en estas tierras alguien que te merezca _ le auguró.
_ ¡Que la Macarena te escuche primo! _ rió mirando con picardía a Bautista.
_ Pasando a un tema más interesante que los romances de mi hermana _ dijo ceñudo Imanol _  Joaquín, necesito que me presentes a un tal Lorenzo Escalante. En el club "El Progreso" me han comentado que posee unos campos excelentes y que su ganado es de primera calidad. Podría obtener buenas ganancias si lograra cerrar un trato con él. Mi padre estaría muy satisfecho y posiblemente me permitiría regresar...
_ ¡Qué manía la tuya hombre! ¿Acaso mi patria te trata mal? _ saltó Joaquín.
_ Claro que no, pero extraño mis raíces, ¿comprendes?
_ Te comprendemos, aunque te vamos a extrañar _ intervino Bautista causando satisfacción en Imanol.
_ Y  a mí, ¿me extrañarás, Bautista? _ preguntó con dulzura Amelia.
_ Por supuesto, mi bella dama _ dijo con galantería besándole la mano y despertando ilusiones en Amelia.
Imanol disimuló el disgusto que le provocó la respuesta de Bautista atragantándose con el café.
_ Volviendo al tema de Escalante, me interesa lo referido a la curtiembre que le pertenece. Sabeis como se aprecia el cuero en España. ¿Qué opinas Joaquín?, ¿tendré alguna oportunidad?. También me ha llegado el rumor que es reacio a negociar con España. ¿Tú sabes el motivo?
_ Me resultan insólitos esos comentarios, aunque las pocas veces que conversé con él fue unicamente sobre literatura. Te prometo que haré algunas averiguaciones al respecto. Un buen momento para que trabes relación con don Lorenzo será en la Ópera. Asistirá con doña Mercedes y su sobrina, Lourdes Aguirrezabala. _ miró de reojo a Bautista temiendo su reacción.
_ ¿Lourdes? _ balbuceó Bautista
_ ¡Esa loca otra vez!, no iremos _ determinó Amelia.
"¿Esa puta irá también?, ¿qué pretende esa descarada?.Bautista es mío, sólo mío".
  _ Nada de eso, iremos. ¿Cuál es el problema Amelia? Todo está aclarado, ella ya ha comprendido que nada la relaciona con Bautista. No lo molestará más. _ la tranquilizó.
Bautista se inquietó al escuchar las afirmaciones de Imanol. ¿Por qué sentía esa opresión cada vez que se la nombraba? Él no deseaba que ella se apartara de su vida, pero, ¿por qué?.





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