Novelas en capítulos y cuentos cortos

martes, 15 de marzo de 2016

CAMINO DE SANGRE Y...ROSAS, Cap 31

"Una lluvia de perlas hermosas
 cayendo en mis manos ensangrentadas
 convirtiéndolas en rubíes
 por una terrible venganza".  Mauricio S. Boulogne


Mientras que todas las casas de Buenos Aires se vestían de Navidad y se preparaban apetitosos platillos, el hogar de Ciriaco Cuitiño lloraba.
El diagnóstico del doctor Muñíz fue terminante, "no pasa de esta noche". Rafael no se apartaba ni un segundo de doña Francisca y Cuitiño respiraba al compás de la respiración de su madre.
Pasadas las diez de la noche llegó una visita inesperada: Santa Coloma.
Rafael al verlo maldijo para sus adentros. "¿Este que se trae entre manos?".
Cuitiño y Santa Coloma se encerraron en el escritorio. Luego de una hora, Cuitiño salió hecho una fiera. Tenía el rostro amoratado y la mirada, salvaje, asesina.
_ ¡Rafael!, ¡venga!_ lo llamó con voz cortante.
Rafael se le acercó con calma. Pasó delante del alcahuete que le sonrió cínicamente.
_ ¿Qué sarta de mentiras le trajo este imbécil?
_ ¿Uste' ayudó a escapar a Escalante? ¡Conteste, mierda!
_ Sí _ fue su respuesta lacónica, no dio más explicaciones.
_ Me traicionó Rafael. Confié en uste', y uste' me clavó un cuchillo por la espalda.
_ Sólo defendí la verdad y la justicia _ afirmó con convicción.
_ Lo que uste' defendió fue la calentura que siente por esa perra, la Lourdes Aguirrezabala. Esa niña de sociedad que cuando se le pase el capricho, lo va a dejar en la estacada, humillado y destruido.
_ Amo a Lourdes. Ella perdonó mi pasado, me ama tal cual soy. Nos casamos y viviremos juntos. Nadie lo impedirá, ni siquiera usted, padrino.
_ ¡Jamás!, antes lo mato. Lo eduqué pa' defender el ideal federal, no pa' revolcarse con una inmunda unitaria. Yo siempre le jui leal Rafael.
_ Padrino, no me hable de esa manera. No soy un traidor, pero ya no estoy dispuesto a asesinar o a torturar en pos de las ideas de un hombre que se cree todopoderoso.
_ Cuidado con el tono que emplea al referirse al Gobernador. Gracias a don Juan Manuel hoy mi máma puede morir con dignidad.
__ Me marcho padrino. Por favor, no me lo impida. Mamita Pancha me dio su bendición _ le suplicó tratando de suavizar los ánimos.
_ ¡Salga de mi vista!, verlo me revuelve las tripas. Lo quise como a un hijo, y ¿así me paga?. Por respeto a mi viejita no lo mato ahora mismo. Pero le juro que me las va a pagar. ¡Cuídese!
Jovita entró como un vendabal, lloraba y gritaba a la vez.
_ ¡Doña Pancha se murió, patroncito, se murió!
Cuitiño, de un empujón, la apartó de su camino y corrió al dormitorio de su madre. Rafael lo siguió, pero cuando intentó atravesar la puerta, Cuitiño se lo impidió.
_ No se atreva, uste' perdió todo derecho, ya no pertenece a esta familia. ¡Lárguese con su puta!
Rafael se marchó desconsolado, nada lo ataba a esa casa. Buscó a Moro y a las dos yeguas que había preparado para la ardua travesía.
Lourdes, al verlo devastado, lo abrazó y besó.
_ Mamita Pancha falleció. Cuitiño me echó amenazándome de muerte.
Lourdes se estremeció. La pena de Rafael era suya también.
_ ¡Fuerza Rafael!, doña Francisca goza de la paz eterna _ lo animó Mercedes _ Y con respecto a tu padrino, sabíamos que esa sería su reacción. Es un resentido que goza infringiendo dolor.
_ No, doña Mercedes. Estoy seguro que todavía me quiere, sólo que su carácter violento lo enceguece. Por eso hace y dice cosas de las cuales después se arrepiente. No conozco persona más fiel que él. Sí,sí, ya sé, se equivocó al poner su lealtad en el tirano de Rosas...No trato de justificarlo, pero no puedo evitar sentir un profundo cariño hacia él...
_ Muchacho, no te debe avergonzar amarlo. El ha sido tu padre, te ha cuidado y protegido; pero también es cierto que está enfermo. Hay enfermedades del alma más dañinas que las del cuerpo, y Cuitiño destila el veneno de la venganza _ sentenció Mercedes.
En ese momento hizo su aparición Tina, traía una bandeja de plata cargada de copas.
_ ¡Hijo!, ¿qué sucedió? Aún es temprano para reunirte con nosotras.
Rafael, lentamente, repitió la historia a su madre.
_¡Maldito Cuitiño!, no serán libres hasta tanto no muera _ se exasperó Tina.
Mercedes intervino para calmar las aguas.
_ Hoy es un día muy importante. Doña Francisca desde el cielo los guiará y protegerá, no lo duden. Y ahora brindemos en esta noche especial por una pareja especial. Por tí Rafael, que el Señor te conceda una mente de hielo capaz de tomar decisiones rápidas y seguras. Y por ti Lourdes, que ese corazón de fuego que tienes, defienda tus creencias y sentimientos creando una muralla que siempre los mantenga a salvo.
_ ¡Por Lourdes y Rafael! _ exclamó emocionada Tina.
Luego de la cena y para acallar habladurías, las mujeres fueron hasta el convento de los franciscanos para admirar el pesebre que todos los años se acostumbraba armar en dicha iglesia.
Allí se enteraron que Camila O'Gorman y el sacerdote Ladislao Gutierrez habían huído juntos. Nadie conocía el paradero de los prófugos. Se los buscaba afanosamente para castigarlos por inmorales y herejes.
Lourdes al escuchar los comentarios condenatorios, se desvaneció.
Mercedes y Tina pudieron sostenerla antes de que cayera golpeándose contra el piso de piedra. Un caballero las socorrió acercando un sillón para que acomodaran a Lourdes.
Mientras Mercedes la abanicaba, varias damas piadosas se lamentaban por haber mencionado el delito de Camila ante una joven tan susceptible y delicada, incapaz de soportar semejante corrupción.
Mercedes, sin embargo, imaginó que el desmayo había sido provocado por otra razón. "Mi niña está en estado de buena esperanza", se alegró.
De regreso, no le mencionaron a Rafael el malestar de Lourdes. "No debemos preocuparlo", les rogó la joven. Tina y Mercedes aceptaron a regañadientes.
A las dos de la madrugada de una jornada calurosa, la pareja inició un camino hacia la libertad.